La extracción dental o exodoncia es la eliminación completa de un diente de la boca y sólo se realiza cuando es absolutamente necesario.
Por ello, si tu odontólogo se ha inclinado por esta opción, habrá sido para evitar problemas mayores y poder realizar en el hueco libre tratamientos futuros o como parte de un tratamiento de ortodoncia.

La higiene y las revisiones frecuentes son clave para evitar este tipo de intervenciones.
Antes de la intervención tu odontólogo te aplicará la anestesia más conveniente para el caso y, cuando ésta haya hecho efecto, se procederá a la extracción. Es por ello que si no has tomado un medicamente recetado para ser ingerido antes de la extracción o has tomado otro nuevo no reflejado en tu historia clínica deberás comunicárselo a tu odontólogo de manera inmediata.

Durante el procedimiento podrás sentir:
Presión. Para extraer un diente se hace necesario balancearlo, por lo que es posible que acabes sintiendo una presión continua en la zona.
Ansiedad. La extracción es una técnica muy invasiva por lo que puede provocar cierto nerviosismo. Si necesitas una pausa indícalo con un movimiento de la mano aunque deberás tener en cuenta que hay ciertas técnicas que no pueden pausarse fácilmente, sobre todo cuando se utilizan instrumentos rotatorios.
Ahogo. La aspiradora de saliva y el instrumental pueden causarte sensación de ahogo. Respira por la nariz profundamente y concéntrate en otros pensamientos.
Cansancio. Muchos pacientes se sienten tensos durante el procedimiento, sobre todo si es largo; es posible que tras la extracción experimentes un cierto cansancio muscular.
Dolor. Si durante el procedimiento sientes claramente dolor, tendrás que indicarlo, eso sí, sin movimientos bruscos ya que es posible que necesites más anestésico.

Una vez concluida la extracción dental te recomendamos que sigas estos consejos:
– Inmediatamente después del procedimiento conviene que te incorpores poco a poco, muy lentamente, para evitar mareos y desmayos.
– Deberás mantener una gasa en la zona durante el tiempo que te indiquen los profesionales con el fin de evitar el sangrado.
– El día de la extracción no te enjuagues, escupas ni cepilles los dientes ya que se podría romper el coágulo y volver el sangrado.
– Al día siguiente la higiene será importante, te recomendamos que uses un colutorio al menos tres veces al día para mantener la zona limpia siguiendo siempre las instrucciones de tu odontólogo.
– Para evitar la inflamación, puedes aplicar frío en la zona a intervalos las primeras 6 horas comprobando que no llegue a causar quemaduras sobre la piel.
– Evita el tabaco y el alcohol el día de la extracción y, a ser posible, los días posteriores hasta la completa cicatrización.
– Evita la ingestión de alimentos calientes. El alimento ha de ser frío y blando, los helados y yogures son una buena opción.
– Procura descansar el día de la extracción, evitando actividades intensas.
– No te automediques libremente, sigue la medicación que te hayan recetado.
– Procura mantenerte semisentado tras la extracción y dormir con dos almohadas.
– Si sientes un dolor muy intenso, hinchazón excesiva o crees que la zona se ha infectado o te sientes mal… Llámanos sin demora!

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