El Doctor Medina de Clínica Dental Medina 3D nos habla hoy sobre el irrigador bucal, un aparato que está últimamente tan de moda en nuestra higiene bucal:

La irrigación bucal es una técnica de higiene bucodental complementaria al cepillado, que permite una limpieza profunda de la cavidad bucal. Consiste en la aplicación de un chorro de agua u otra solución a presión sobre los dientes y las encías.

El sistema es sencillo: el irrigador bucal ‘lanza’ un chorro pulsátil de agua que limpia dientes y encías en profundidad.

Es un complemento ideal del cepillado dental porque, además de ayudar a eliminar la placa bacteriana (sarro bucal) depositada en zonas de difícil acceso como el borde de las encías, la zona interdental y la superficie de los dientes, proporciona una sensación de limpieza y frescor máxima.

 

¿Qué es la placa bacteriana o sarro dental?

La placa bacteriana o sarro es una película gelatinosa formada por bacterias y una matriz extracelular, que se adhiere a las superficies bucales.

 

¿Que personas recomendaría prioritariamente a utilizarlo?

Realmente no es un aparato que se deba de utilizar para unas personas sí y para otras no, está recomendado para todo tipo de personas, pero si que resulta especialmente útil para aquellas personas con implantes dentales u ortodoncia ayudándole así a mantener su higiene bucal de una manera mas rigurosa.

Es una herramienta muy útil también para quienes tienen encías delicadas, ya que disminuye la inflamación y el sangrado de las encías.

 

¿ Como se utiliza?

Los irrigantes bucales pueden utilizarse solo con agua o con enjuague bucal diluido en agua y suelen incluir varias boquillas que ofrecen diferentes flujos de expulsión del agua, para adaptarse a las necesidades de cada boca.

 

PASO A PASO:

  1. Antes de utilizar el irrigador, la boca debe estar limpia, con los dientes ya cepillados y la ruitina de la limpieza interdental realizada.
  2. ¡Allá vamos!: rellena el deposito con agua o con un enjuague bucal adecuado a tus necesidades orales. Ahora coloca la boquilla e introduce el irrigador en tu boca, sobre las encías.
  3. Enciende el irrigador y dirige el chorro de agua a lo largo de las encías y entre los dientes. Antes de comenzar la rutina, puedes regular la presión para adaptarla a tus necesidades. Ten en cuenta que puedes detener el flujo del liquido en cualquier momento.
  4. Recorre todos los dientes, dejando la boquilla unos segundos en cada diente. Ten en cuenta que se recomienda seguir siempre el mismo recorrido para no olvidar ningún diente,
  5. Una vez utilizado, lava y seca el depósito del irrigador y la boquilla.

¡Espero a ver resuelto vuestras dudas!

 

Desde Medina 3D te invitamos a que realices una consulta con nosotros para cuidar tus dientes y tu salud.

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