En no poca ocasiones tendemos a poner a examen nuestro peso y, a veces, queremos adelgazar de forma drástica, y sin esfuerzo por lo que hacemos uso de dietas milagrosas que nos prometen efectos visibles en muy poco tiempo.
¿Qué efectos negativos pueden provocar en nuestros dientes?
Caries, llagas o problemas de encías son algunos de los efectos que la supresión de alimentos sin control puede provocar en tu boca.
- Aunque son los azúcares los principales causantes de éstas, la supresión de lácteos y el déficit de calcio que conlleva, típico en este tipo de dietas, también puede aumentar el riesgo de padecerlas.
- Las grasas son buenas para tus dientes. Seguir una dieta baja en grasas puede interferir en la absorción de vitaminas como la A, la D, la E y la K. La vitamina D es especialmente importante para nuestra salud bucal ya que contribuye en la absorción de calcio, esencial para que nuestros dientes no se desgasten. Algunos de los alimentos ricos en vitamina D son el pescado (salmón, sardinas, atún…), los huevos, las setas, los productos lácteos o los cereales.
- Cuidado con abusar de la fruta. Son muchos los beneficios de la fruta en nuestro organismo, sin embargo sobrevivir por unos días a base de ella tiene consecuencias directas en tu boca y en tu cuerpo. Y es que los elevados niveles de azúcar y ácido que contiene afectan directamente en el esmalte de nuestros dientes, dejándolos vulnerables al desarrollo de caries e infecciones.
- Enfermedad periodontal. Estas dietas modifican las propiedades antibacterianas y fisicoquímicas de la saliva, provocando que la enfermedad periodontal avance más rápido.
Recuerda que los trastornos alimenticios como la anorexia y la bulimia, que afectan a un 15% de l@s adolescentes, tienen graves consecuencias sobre la salud dental. Aunque estas enfermedades son conocidas por la mayoría de la gente y tratadas desde el plano psiquiátrico, a menudo se ignoran sus consecuencias sobre la salud bucodental.
El esmalte, fragilizado por los ataques ácidos de orígenes diversos, se afina y acaba desapareciendo, dejando expuesta la dentina, que es más blanda. En ese momento el fenómeno se acelera, amplificado por la fricción de los dientes entre sí o por el uso inadecuado del cepillo de dientes, incluso con los alimentos.
Las crisis de bulimia y la alimentación particular de las personas que sufren trastornos alimenticios los exponen también al reflujo gastroesofágico, a menudo por la noche, lo cual provoca nuevos ataques ácidos que pueden pasar desapercibidos
Además de tener los dientes más frágiles por los ataques ácidos, poco protegidos por una saliva y defensas inmunológicas degradadas, las víctimas de trastornos alimenticios consumen muchos productos ricos en azúcar cuando viven una crisis compulsiva, pero también sodas o leche azucarada para vomitar. De este modo, las caries aparecen rápidamente.
A causa de la pérdida de esmalte, los dientes se vuelven más sensibles, dolorosos al contacto con el frío, los ácidos, las azúcares y a veces incluso el cepillado. La dentina, naturalmente más amarilla que el esmalte se colorea también más fácilmente al contacto con los alimentos, provocando una degradación estética.
Como ves, el cuerpo sufre mucho los desórdenes alimenticios, especialmente tu salud dental.
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